La gravedad que puede acarrear la generación de un incendio en un edificio hotelero o en un restaurante, con clientes, hace necesario plantear la importancia de un protocolo de seguridad preventivo, siendo esencial la formación e información de todo el personal implicado.
A fin de descubrir la situación general de seguridad en la Hostelería española, se ha dirigido a fuentes solventes que han contribuido a trazar un esbozo que indica que el nivel de protección es bueno, a pesar de que se detectan asignaturas pendientes como pueden ser los mantenimientos periódicos
De modo que en algunos aspectos habrá que mejorar.
Cuando tiene lugar un suceso grave en el edifico de un hotel o restaurante, “la sensibilización pública frente a estos daños aumenta y debería quedar fijada en la memoria”, así lo exponen desde la Asociación Española de Sociedades de Protección Contra Incendios (Tecnifuego-AESPI).
Un riesgo habitual
El incendio es uno de los riesgos más comunes en la actividad hostelera. Según datos aportados por aseguradoras, bomberos y otras fuentes, durante 2016 en España se produjeron alrededor de ocho incendios diarios en establecimientos hoteleros u restaurantes. En las cocinas, con pérdidas anuales de millones de euros.
La gran mayoría fueron conatos que se abortaron antes de que la situación pasase a mayores, pero el dato da una idea de la exposición al peligro del sector hostelero, que debe dotarse de las medidas anti-incendios necesarias, tanto pasivas como activas.
La gravedad que puede acarrear la generación de un incendio en un edificio hotelero o en un restaurante, con clientes, hace necesario plantear la importancia de un protocolo de seguridad preventivo, siendo esencial la formación e información de todo el personal implicado.
A fin de descubrir la situación general de seguridad en la Hostelería española, se ha dirigido a fuentes solventes que han contribuido a trazar un esbozo que indica que el nivel de protección es bueno, a pesar de que se detectan asignaturas pendientes como pueden ser los mantenimientos periódicos
. De modo que en algunos aspectos habrá que mejorar.
Cuando tiene lugar un suceso grave en el edifico de un hotel o restaurante, “la sensibilización pública frente a estos daños aumenta y debería quedar fijada en la memoria”, así lo exponen desde la Asociación Española de Sociedades de Protección Contra Incendios (Tecnifuego-AESPI).
Un riesgo habitual
El incendio es uno de los riesgos más comunes en la actividad hostelera. Según datos aportados por aseguradoras, bomberos y otras fuentes, durante 2016 en España se produjeron alrededor de ocho incendios diarios en establecimientos hoteleros u restaurantes. En las cocinas, con pérdidas anuales de millones de euros.
La gran mayoría fueron conatos que se abortaron antes de que la situación pasase a mayores, pero el dato da una idea de la exposición al peligro del sector hostelero, que debe dotarse de las medidas anti-incendios necesarias, tanto pasivas como activas.
Y, para articular esa protección existen unas herramientas jurídicas adecuadas. Por un lado, está el Código Técnico de la Edificación (CTE), al que se suma el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios (RIPCI), cuya edición informa de las diversas normas UNE, que abarcan respectivamente la edificación, las instalaciones y empresas instaladoras y mantenedoras.
En general, la industria del alojamiento cumple las normas, “la cuestión es que después se hagan los mantenimientos correctos, muchas veces no se contrata lo mejor sino lo más barato”, señala Antonio Tortosa, vicepresidente de Tecnifuego-AESPI.
Evidentemente, para este experto “merece la pena gastar más, porque es una inversión productiva, tanto por lo que se refiere a la imagen ante los clientes como para evitar pérdidas de vidas humanas y daños materiales”, como tristemente ha ocurrido en algunas situaciones.
Puede pasarle a cualquiera
Normalmente la “sensación general de que a ti no te va a pasar“, también resalta que fuera de nuestro control o gestión, pueden encontrarse fallos eléctricos, sistemas de alarma que carecen de mantenimiento como pueden ser en elementos como campanas industriales de cocina, sistemas anti incendios, así como freidoras u otros elementos destinados en la cocina de una establecimiento preparado para la producción de comida en el servicio al público. Hay que concienciar que los medios preventivos disponibles, como detectores y rociadores, filtros, campanas, conductos de humos y extractores, han de ser correctamente mantenidos por empresas especializadas.
Es de elevada importancia cumplir con una limpieza de mantenimiento de 6 a 12 meses de periocidad, dependiendo de la carga de trabajo que conlleve cada establecimiento.
Fuente: HOSTELTUR
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